Día De Los Santos Difuntos
El 1 y 2 de noviembre son fechas especiales en Guatemala para recordar a los santos y difuntos. Es también una época en la que afloran las costumbres familiares que han perdurado por años.
El Día de Todos los Santos se caracteriza por ser una fecha solemne y a nivel mundial es conmemorado de diferentes maneras, aunque no se debe confundir con el Día de los Fieles Difuntos.
En Guatemala, las personas acostumbran visitar los cementerios, dejando flores, adornos y a veces comida a los muertos. Tampoco es inusual que el día parezca una fiesta, porque los lúgubres camposantos se ven inundados de varios visitantes.
También se vuelan barriletes y se degusta el tradicional fiambre.
LOS BARRILETES Y LEYENDAS
Sumpango y Santiago Sacatepéquez son un referente en noviembre, cuando decenas de familias asisten a ver el vuelo de enormes barriletes gigantes, elaborados por las comunidades, que dedican bastante tiempo a sus diseños.
Esta tradición tiene un aire de misterio porque las comunidades que la celebran tienen la creencia que los barriletes ayudan a ahuyentar a los malos espíritus.
En Sumpango, algunos relatos apuntan a que el lugar era invadido por espíritus que amedrentaban a las personas en el lugar y fue por eso que los pobladores decidieron buscar soluciones, siendo el único método para alejarlos el de volar barriletes.
La idea era que al chocar el viento contra el papel, los espíritus se alejaran dejándolos en paz.
Esta conmemoración existe desde hace varios años y fue reconocida como patrimonio cultural de Guatemala por el Ministerio de Cultura y Deportes el 30 de octubre de 1998.
El día del evento, los encargados de levantar los barriletes se reúnen desde temprano a armar la base con cañas de bambú para luego unir el diseño y levantarlos para deleite de los visitantes.
Posteriormente se organiza un concurso con diferentes categorías basándose en tamaños para elegir al mejor diseño y tema de barrilete.
EL FIAMBRE: UN PLATILLO GUATEMALTECO ESPECIAL
El fiambre, un platillo único y singular de la época no puede faltar en las mesas de las familias, que disfrutan niños y adultos.
Este platillo tiene el aspecto de una ensalada pero puede llegar a tener más de 50 ingredientes y aunque no cuenta con una receta exclusiva sí se puede clasificar por su contenido en cuatro grupos, entre los que prevalecen las carnes, embutidos, verduras y quesos. Puede llevar varios tipos de aderezo.
En Guatemala, y principalmente en Centroamérica, es un platillo tradicional del mes de noviembre, el cual se come el día 1 y 2 del mes para celebrar el Día de Todos los Santos y el Día de Todos los Difuntos.
Las familias guatemaltecas los diferencian en sus dos variantes, rojo y blanco, siendo el uso de la remolacha el cual proporciona el color característico del fiambre rojo.
Asimismo es considerado como uno de los platos que refleja de mejor manera las expresiones de la tradición guatemalteca porque representa la pluriculturalidad y multiculturalidad.
Se dice que fueron habitantes mesoamericanos los que aportaron las verduras y los castellanos los embutidos, los cuales fueron aportados por los árabes.
No obstante la combinación peculiar se efectuó en las cocinas guatemaltecas y a lo largo de tantos años cada región le ha dado un sabor especial, cada hogar le proporciona el toque que le hace memorable y digno de comerse solamente una vez al año, reuniendo a familias en su elaboración.
No importando la variante regional ni el lugar donde se sirve, se come en cualquier parte del país y brinda una agradable sensación al paladar, que viene de una larga experiencia culinaria.
Algunos señalan que su origen proviene de la creatividad de las anónimas cocineras guatemaltecas, quienes le dieron su connotación especial y nacional, lo cual hace que el Fiambre sea uno de los platillos más tradicionales de Guatemala.

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